Un baño

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Un baño

Un grupo de niños del Chocó se tira clavados al atardecer.

La verdad… pero viva

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Hoy me arde la garganta. Llevo días escuchando, leyendo y amedrentándome con las historias de las desapariciones en Colombia. No dejan de venir a mis recuerdos imágenes de los desaparecidos en Chile, Argentina, España a manos de las dictaduras más crueles que ha conocido la humanidad y… que hoy apenas piensan pagar sus crímenes en el ocaso de sus vidas.

Hoy me arde más que nunca cuando escucho por diferentes medios (radiales) los testimonios de decenas de familiares que perdieron a sus hijos, primos, esposos y hermanos…familias que tienen la verdad sepultada en fosas comunes y esperanzas muertas…muy muertas de saber la verdad.

Hoy, estas familias no han elaborado sus duelos (para eso se necesitan el cuerpo y una verdad) ni una certeza de que sus seres queridos están muertos. No una incertidumbre mezclada con impunidad. Una costumbre tan Colombiana como la mazamorra y que sufre de un síndrome de negación por el reelegible de Uribe Vélez, el siempre candidato que “todo lo ve”.
Algunos de ustedes creerán que estoy hablando de un tema que ya nos tiene acostumbrados...cansados…Pero espere, tengo algo que contarle…

Hoy me arde más que nunca pues hace poco me encontré con un personaje que defiende  profesionalmente las “Fuerzas de la Patria”.
Este fulano violó algunos sus secretos profesionales  y se despachó con verdades ante mis preguntas…

“Los generales de la patria piden ´Litros de sangre´…piden resultados positivos que vienen desde la presidencia, pasan por la cúpula de generales y se ejecutan en los batallones”, así las cosas, esto es más que una verdad a gritos:

No sólo los narco-paramilitares y los guerrilleros desaparecen, sino que el ejército (como buen mandadero) busca a civiles desempleados de ciudades como Soacha en Cundinamarca para ponerles un uniforme y llevarlos con mentiras a la selva para matarlos con tiros en las sienes y entre las cejas…mientras ruegan por sus vidas.

“Les ponen (una vez dados de baja) las armas en las manos para que conserven sus huellas, más tarde los parten en pedazos”, dice mi fuente.

Luego los entierran en fosas comunes y salen como numeritos en los informes que la presidencia presenta en entrevistas alquiladas en RCN (con Vicky Dávila) o en concejos comunales pantalleros, para luego mandarles a sus amigos en Estados Unidos resultados para que nos hagan un TLC.

No les puedo negar, escribiendo esto algo de miedo me ataca, pero me gana el ardor.

Hoy Amnistía Internacional grita diciendo que en Colombia la impunidad es ley.  Cito: “El año pasado, al menos 190 personas fueron víctimas de desapariciones forzadas a manos de las fuerzas de seguridad y los paramilitares, o se encuentran en paradero desconocido después de ser secuestrados por la guerrilla”.

¿A dónde van estos desaparecidos? ¿Quién pide los litros de sangre? Quién investiga los falsos positivos y a los militares, ¿Los mismos militares?
Lo más vergonzoso es que don Huevo (José Obdulio Gaviria) Asesor presidencial dice que esto no es real, que es un espejismo…”que no hay desplazados que hay migrantes”…pues hoy los numeritos dicen que “En los últimos 20 años, entre tres y cuatro millones de colombianos se han visto obligados a abandonar sus hogares. El índice de desplazamientos internos de Colombia es el segundo más alto del mundo, después del de Sudán”.
Hay que desenterrar los muertos que mataron estos carniceros que piden litros de sangre,  y con ellos sacar la verdad viva.

Hay que señalar a los que matan y ponerlos a la luz, decirles… “son ustedes y sus jefes también” y así como la señora del DAS renunció por perseguir la oposición por mandado del Presidentico, que alguien allá arriba asuma la responsabilidad de matar a esta gente y de echarlos al olvido en una fosa como unos delincuentes sin nombre…sin madre y sin alma…pues desaparecidos, espionajes, asesinatos a sindicalistas, acoso a los indígenas, beneficios indiscriminados a la empresa privada, robo a los corteros de caña, beneficios a los paras, tanques para los militares e invasiones a otros países nos tienen ciegos porque los pocos avances del gobierno y los noticieros de 3 pesos (incluyendo novelas y dramatizados de bajo presupuesto) no nos dejan pensar.

Hoy me pregunto…por qué tanta publicidad de un deber…es el deber de un gobierno brindar seguridad... sí. ¿Es ese el logro? ¿Alcanzar un deber que es una obligación? Y claro, ponerle el apellido “democrática”…desgastando más la imagen de la democracia ante el colombiano promedio que piensa que lo único que puede escoger es un presidente vitalicio ¡PLOP!

Y después seguir insistiendo en adjudicarle a Corazón de Jesús este país…y seguir sentándose con la iglesia católica a la diestra violando aun más la diversidad de credos….me digo...hay que hablar, pero más que eso…Tomar posición y señalar…no olvidar... y recordar los errores para el bien de todos… porque si de arriba siguen pidiendo litros de sangre y falsos positivos, mañana será usted, amigo lector quien caiga en la trampa de una política del terror, pues no hay industria más rentable que el miedo.

“El 26 de octubre de 2007, tropas del Batallón de Ingenieros «Agustín
Codazzi», del Batallón de Infantería «Batalla de Pichincha», del
Batallón de Alta Montaña, del Batallón de Contraguerrillas Número 3, y
unidades móviles de las fuerzas especiales –todos ellos integrados en la III
Brigada– iniciaron una operación militar en la región montañosa del
municipio de Corinto, departamento de Cauca, específicamente en El Jagual,
Santa Rosa, La Cominera, El Descanso, San Luis Arriba y Guacas. Entre el 2
y el 4 de noviembre de 2007, las mismas tropas exigieron a las familias de la
zona que les comprasen alimentos, pero éstas se negaron. El 5 de noviembre
algunos soldados visitaron la casa de la familia Canas en El Jagual. En su
interior se encontraban Rosalía Peteche, embarazada, y Ceferino Canas con
sus dos hijos pequeños. La familia afirma que los soldados les robaron
algunos utensilios para cocinar, huevos y algo de dinero. Cuando Ceferino
Canas preguntó a los soldados por qué lo hacían, éstos prendieron fuego a
sus ropas y las de su familia. Según informes, luego intentaron golpearlo pero
Rosalía Peteche intervino para impedirlo. 
Finalmente los soldados se marcharon. Entonces se dirigieron a la casa de Raúl Muñoz, donde la
emprendieron a patadas con Ilvanover Moreno Restrepo y lo acusaron de
pertenecer a la guerrilla. Le ordenaron que saliera de la casa y la destrozaron.
Mientras permanecieron allí propinaron patadas y amenazaron a Jairo
Trochezl; también le dijeron que cuando ellos se marcharan de la zona,
llegarían los «mochacabezas», es decir, los que cortan cabezas, un
eufemismo para referirse a los paramilitares".

Entérese por algunos medios y periodistas que sí investigan y que tienen argumentos:



http://subterraneabogota.blogspot.com/2008/10/el-rostro-macabro-del-narco-ejrcito-de.html (Vía Juanpablo)

Al Cesar lo que es del Cesar

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Al Cesar lo que es del Cesar

En el fondo, parece que lo divino está un poco turbio y lo terrenal lleno de paracos.

Mirándome.

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Mailén

Cuando las lágrimas se secan vienen los suspiros de Mailén, que no paró de lloriquear cuando su madre se fue a servir almuerzos para los turistas ocasionales en el Palenque de San Basilio en Bolívar.