Polaroid de despedida para unos ojos manga: primera entrega

Amigos y amigas.

He decidido publicar en este humilde espacio y por entregas, mi micronovela titulada "Polaroid de despedida para unos ojos manga", la primera de una serie de escritos sobre mujeres con algunos transtornos...espero la visiten, la lean, la sigan y la comenten...

Con todo mi aprecio..ahí les va la entrega !

Polaroid de despedida para unos ojos manga


Morir…pasar el aire de una orilla a nado

Robi Draco Rosa


***

Como siempre está parada al borde de la acera, jugando con las puntas de sus zapatos marrón que se asoman a la calle…saludan el pavimento. Le encanta sentir el vacío de la calle, que sus pies descubran la superficie del suelo: una exploración lunar con gravedad…sentir el masacote del agua con tierra de las mañanas de invierno, las letras en relieve de los contadores del agua, el agua y las aceras desnudas o adoquinadas, el resbaladizo y elegante mármol, y el rugoso y desconfiable chasqueo de los pisos de madera…hoy no lleva medias, no por afanes feminos, sino por convicciones rebeldes que representan una ganancia personal, un atentado contra el sagrado sistema de la familia.

El viento de agosto pedalea con sus aretes gitanos, con sus pestañas Vogue, con su sonrisa petrolera que deja ver dos pequeños agujeros a lado y lado de la boca ¡que boca..! Quiere comerse la avenida entera que palidece ante el aleteo de sus pestañas.

“Pronto viene el espresso”, balbucea la secretaria que saca un comentario de la chistera. Metiche. Y sí, el espresso debe acercarse como todos los días…tras los árboles momificados por la primavera del smok, con su chorro de humo diesel 74, sus calcomanías de lujo del Divino niño Jesús de Praga (el comunista) y los boleros bamboleantes que enmarcan el parabrisas del Chevy. Detrás de volante –piensa- viene relentizado por el tráfico, sin afanes raudos, cualquiera de los uniformados esquiroles de la ruta del escarabajo, como lo llaman floridamente por sus afanes…nombre que le causa gracia por su obsesión con Kafka, que raya en los más profundos ecos del psicoanálisis casero de papá y la entomología aficionada que practicaba desde niña con cualquier insecto del hogar.

-Que asco-, piensa. El vaho de vapor mañanero encerrado en 23 bancas compartidas, con dormitados estudiantes, secretarios de despacho, mucamas ocasionales, prostitutas prepago que estudian como fachada, señores gordos con bozo…todos respirando el aire reciclado y revolcado por el temor a los vientos helados de la mañana…por abrir la ventana oxidada del chevyescarabajograndisimoinmudiciatercermuindista que le tocará hoy…que asco.

Asusta de miedo la lluvia de estos días, sacude los árboles, música de aplausos, juego de barroco con calma…simpleza acuática…sombrillas aguzan las calles, las oficinas.

Allí, junto a la acera, recorre con detalle las caras que pasan, se detiene en ciertos aspectos: que la nariz así y asá, que el lunar de Yuly la peluquera, el pelo morado y corto de la tercera edad de Hortensia esposa fiel y mucama de profesión, los zapatos de gamuzón del italiano morboso y profesor de danza, la bolsa de papel que captura el Moscatel (de pasas) del ropavejero de confianza que duerme todos los días bajo el techo de la tienda mascotas, todo en un despliegue de gimnasia mental sin puntuación ni orden semántico: un monólogo visceral y dadaísta hasta el corbatín…todo es un fenómeno de enredajos e historias mentales con aquellos personajes, todo tan claro en la mente…como le fluyen las ideas, como construye historias con sus neuronas, el mismo hábito al caminar por la avenida, como retocan sus peinados, como saludan la mañana con el bostezo engullidor, como llevan sus poddles detrás de sus correas y con la cabeza fuera del auto.

Adiós fulano, adiós sutano…despedidas antes de la hora del miedo en que entran a halar la palanca, hundir el botón, obedecer al tipo que gruñe en su oficina…fotocopiado del alma en alta resolución y ampliado para llevar. Inyección contra la rabia.

Viene la lluvia…pero un sol sospechoso sale a dar la bienvenida a los primeros visitantes del café plaza que ofrece el mejor periódico con tinto de la vida…el paraíso del desempleo.

Pero la lluvia vendrá…por eso, empuña con confianza egoísta su sombrilla semimportada y negrísima como cuento de Poe, segura que será ausente del pabellón de mojados de la tarde.

Le encanta imaginarse a su sombrilla como un ganso con cuello torcido que coge por el pescuezo liso y aceitado…apoya la punta pararrayos contra el piso y por momentos deja que parte de sus 52 kilos descansen sobre el adminículo. Una espada en potencia, un oasis de protección.

Ya viene el espresso, se siente el ronquido.

Recuerda en un momento gaseoso alguna cita de EL Corán, Surá XVI, La Abeja…versículo 47… Los que han empleado malvadamente astucias, ¿están segu­ros de que Dios no hará que los trague la tierra o que un castigo terrible no vendrá a sorprenderlos allí donde menos lo esperarán?”

El Corán, lectura pesada. Sonríe en medio de la calle. Imaginar la alcantarilla engullendo su cuerpo era una imagen desprovista de toda lógica racional, convertida en un animal de cloacas por culpa de su astucia. Todo un titular de diario amarillo: “Alá emprende campaña de exterminio contra los impíos”, “alcantarillas arremeten contra transeúntes pecadores”. Un cañaveral de ideas. Sigue sonriendo, haciendo huecos en las mejillas, ahora bajo el sol…de verdad cree merecer el castigo, su mente la provee de toda clase de lógicas paralelas al racionalismo: la ruptura de la razón implica un reto desde la estética – piensa –.

Pero sigue pensando en su castigo, su infierno personal. Karmas vuelan, balances, ajustes de cuentas, saldos que se opacan con el sol y con el plomo, justicia divina, todos vienen a la mente.

1 comentarios :: Polaroid de despedida para unos ojos manga: primera entrega

  1. Que rico éste tipo de regalos, un buen escrito...que va, un delicioso escrito, fino y bien preparado escrito, cae muy bien a un buen paladar.