Cuentos cortos 7

En mora

Es complejo cuando vienen tus vecinos de visita. Llegan sin ser esperados y antes de tocar el timbre, asoman delicadamente sus cabezas dejando que sus ojos escudrillen por una grieta en la ventana, nadie quiere tocar el portón y no econtrar a alguien.

Hoy no es diferente. Después de haber enrrollado el diario para pegarle al perro, viene el zumbido eléctrico del timbre. Entonces, detienes la reprimenda para atender a los comensales.

Ahí están, todos llegan antes de la hora laboral, unos con sus trajes y otros en sus motocicletas o autos. Reclaman y se apresuran a murmurar en grupo mientras camino lentamente por el living hasta el portón, la luz de la mañana se escapa entre las cortinas.

- Escucho como se amontonan las voces detrás del ojo de pescado -

Finalmente cada cual viene por su trozo.

Yo acciono lentamente la manija y dejo que entren hasta el viejo perchero donde dejan sus abrigos. Se ponen cómodos en el dibán rosa pálido junto al patio, mientras mi perro los huele en silencio de investigador criminal.

Todos obtienen lo que buscan, en cierta medida necesitan sentir el dolor de dejarse llevar por el hambre, el deseo y la ira.

Cobrar las deudas es siempre un asunto delicado, requiere de una impaciencia fría y directa pero a la vez de actitud de policía: obstinada y egoista.

Todos se marchan, y yo sigo escribiendo en mi libreta nombres con deudas por pagar, mientras mis vecinos me arrancan pedazos de lo que fui. siempre obtuve lo que quise.


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